jueves, 16 de mayo de 2013





PROTOZOOS


Protozoos, nombre que se aplica a todos los organismos animales unicelulares, algunos de los cuales pueden formar colonias. En la clasificación que se sigue en esta enciclopedia, los protozoos se incluyen en el reino Protistas, junto con otros organismos unicelulares cuyo núcleo celular está rodeado de una membrana. Los protozoos no tienen estructuras internas especializadas a modo de órganos o, si las tienen, están muy poco diferenciadas. Entre los protozoos se suelen admitir varios grupos: los flagelados del grupo de los Zoomastiginos, con muchas especies que viven como parásitos de plantas y de animales; los ameboides del grupo Sarcodinos, que incluyen a los Foraminíferos y Radiolarios, y que son componentes importantes del plancton; los Cilióforos, que son ciliados, con diversos representantes que poseen estructuras especializadas que recuerdan a la boca y al ano de los organismos superiores; los Cnidosporidios, parásitos de invertebrados, de peces y de algunos reptiles y anfibios, y los Esporozoos, con diversas especies parásitas de animales y también de seres humanos. Se conocen más de veinte mil especies de protozoos, que incluyen organismos tan conocidos como los paramecios y las amebas.
Muchas especies viven en hábitat acuáticos como océanos, lagos, ríos y charcas. Su tamaño varía desde 2 hasta 70 micrómetros. Los protozoos se alimentan de bacterias, productos de desecho de otros organismos, algas y otros protozoos. Muchas especies son capaces de moverse utilizando diversos mecanismos: flagelos, estructuras propulsoras con forma de látigo; cilios de aspecto piloso, o por medio de un movimiento ameboide, un tipo de locomoción que implica la formación de seudópodos (extensiones a modo de pie).


Foraminíferos, orden de organismos unicelulares ameboides presentes en los océanos. Pertenecen al filo Sarcodinos (Sarcodina) dentro del reino Protistas. Los protozoos del orden Foraminíferos (Foraminifera) presentan cubiertas, llamadas caparazones, que pueden estar formadas por materia orgánica en su totalidad, mezclada con granos de arena, o compuestas por una capa interna fina de materia orgánica y una capa externa gruesa de naturaleza calcárea. Aunque algunos caparazones son macizos, los más comunes son calcáreos y porosos. Las cubiertas, varían desde simples tubos a un grupo de estructuras espirales, aunque el diámetro medio de estas estructuras se acerca a los 0,05 cm, se pueden alcanzar diámetros de hasta 8 cm en algunos casos.
Los foraminíferos mueven, mediante pseudópodos delgados o extensiones del citoplasma, el material vivo de la célula. Los pseudópodos se extienden a partir de una zona abierta en el caparazón, conocida como abertura, o a través de los poros en aquellos foraminíferos con caparazón poroso. El citoplasma contiene orgánulos pequeños y oscuros de mitocondrias y muestra un flujo similar al de los organismos móviles. En algunas especies de algas se encuentran orgánulos mayores. La reproducción puede ser sexual o asexual; todo el citoplasma interviene en la formación de la descendencia y el progenitor muere durante este proceso.
Se han catalogado más de 30.000 especies de foraminíferos, tanto vivos como extintos. Las especies vivas se encuentran en el fondo de mares poco profundos o flotando como parte del plancton en las zonas altas de los océanos. Su alimento consiste en bacterias y diatomeas. Cuando las especies planctónicas mueren, sus caparazones caen al fondo, formando unos depósitos gruesos conocidos como lodos de globigerina, debido a la abundancia en ellos de ejemplares de la familia de los Globigerínedos (Globigerinidae). En eras geológicas anteriores se formaron rocas calizas por compresión de lodos similares de foraminíferos. Las pirámides de Egipto se construyeron con piedras calizas de foraminíferos y granito. Los geólogos estudian los depósitos de conchas de foraminíferos para localizar asientos donde se haya acumulado petróleo


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Radiolarios, organismos que forman una clase del filo Sarcodinos (Sarcodina), dentro del reino Protistas, que agrupa también a las amebas. Los radiolarios son unicelulares, como las amebas, pero se distinguen de éstas por su exoesqueleto complicado, llamado caparazón, que casi todos ellos secretan. Este caparazón, por lo general esférico y simétrico, llega a tener en ocasiones varios milímetros de grosor. Suele ser de sílice y posee muchas espinas orientadas hacia el exterior. Presenta perforaciones por donde el animal extiende pseudópodos con los que atrapa su alimento. El núcleo celular está rodeado por una cápsula de quitina, y el citoplasma que lo rodea contiene vacuolas que ayudan a los radiolarios a flotar en las aguas superficiales oceánicas. La reproducción es asexual por división del núcleo: el caparazón se escinde por separado y los dos individuos resultantes regeneran la parte que han perdido. Al morir los radiolarios, sus caparazones se hunden y constituyen el llamado barro de radiolarios de los suelos oceánicos profundos, que ha formado muchas de las rocas sedimentarias en el transcurso de la historia geológica.

Ciliados, nombre común de un grupo avanzado de protistas que pertenece al filo Cilióforos (Ciliophora). Se encuentran en todos los medios acuáticos y se caracterizan por presentar una boca de tipo citostoma y unas prolongaciones semejantes a pelos (cilios), al menos en alguna fase de su ciclo vital. Son los únicos organismos unicelulares con dos núcleos: un macronúcleo, relacionado con la alimentación, y un micronúcleo, relacionado con la reproducción. Ésta puede producirse por fisión binaria o por conjugación. Muchos ciliados viven como comensales en el intestino de los herbívoros. Dentro de las formas parásitas, sólo una vive en el intestino humano, causando una inflamación denominada balantidiasis.
Este grupo suele dividirse en cuatro grupos. Los Holotricos (Holotrichia) son formas libres que incluyen el conocido paramecio. Los Suctores (Suctoria) tienen, en su forma adulta, tentáculos en vez de cilios y viven fijos al sustrato. Los Peritrios (Peritrichia) tienen a menudo forma de campana y son coloniales. Los Espirotricos (Spirotrichia) incluyen al género Stentor, con forma de trompeta y al género Euplotes, con grupos de cilios unidos (cirros) en el lado inferior de su cuerpo, que funcionan como patas locomotoras. Algunas especies constan de una cubierta, a modo de exoesqueleto, formada por polisacáridos.

Paramecium, género de protozoos del filo Ciliophora (también conocido como zapatilla por su forma característica). El paramecio es un organismo unicelular que mide menos de 0,25 mm de largo y está cubierto de diminutas proyecciones con aspecto de pelos, llamados cilios. Los cilios le sirven para la locomoción y para la captura de alimento. Se mueve en el agua, describiendo una trayectoria espiral, a la vez que rota sobre sí mismo. Cuando encuentra un obstáculo en su camino, reacciona evitándolo (fugilreacción), retrocede, gira y reinicia el movimiento en una nueva dirección. Se alimenta principalmente de bacterias, que introduce en su citofaringe con la ayuda de los cilios. Tiene dos vacuolas contráctiles que regulan la presión osmótica, y que sirven también como estructuras excretoras. Tiene un gran núcleo o macronúcleo, sin el cual no puede vivir, y uno o dos núcleos pequeños llamados micronúcleos, sin los cuales no puede reproducirse. La reproducción suele ser asexual, por escisión binaria o bipartición. En algunas ocasiones, se da la reproducción sexual por conjugación y de forma esporádica por autogamia, que es una reorganización nuclear parecida a la conjugación, pero que ocurre dentro de un solo individuo.
Los paramecios abundan en las charcas de agua dulce de todo el mundo; tan sólo una especie vive en el mar. También se pueden obtener fácilmente en el laboratorio, en un medio de cultivo que se prepara dejando materia vegetal en agua durante unos días. La especie Paramecium caudatum, se utiliza para la investigación.


Ameba o Amiba, organismo unicelular perteneciente al filo Sarcodinos (Sarcodina) y al reino Protistas. Los sistemas antiguos de clasificación, incluían a las amebas con los animales. La célula se compone de una membrana delgada, una capa semirrígida de ectoplasma, un endoplasma granular de aspecto gelatinoso y un núcleo oval. El tamaño medio es de 0,025 milímetros. Hay especies que viven en las plantas acuáticas, en la tierra húmeda y otras que son parásitas de animales.
Las amebas se desplazan extendiendo el citoplasma hacia fuera y forman un pseudópodo o pie falso. La formación de pseudópodos se produce como respuesta a los estímulos químicos generados por los microorganismos que constituyen su alimento; de manera que dos pseudópodos engloban al microorganismo y lo introducen en una cavidad o vacuola. Un ácido secretado en la cavidad descompone este alimento en sustancias químicas solubles que son difundidas desde la cavidad al citoplasma. El material de desecho y los restos no digeridos son eliminados a través del ectoplasma, el cual también absorbe oxígeno del medio líquido en que se encuentra la ameba y elimina dióxido de carbono originado en el metabolismo; se trata de una forma de respiración. Tras un periodo de crecimiento, la ameba se reproduce por división en dos partes iguales.
Al menos seis formas de amebas son parásitas del hombre. De éstas, la más importante es Entamoeba histolytica, que causa la amebiasis y la disentería; la enfermedad aparece en brotes epidémicos, cuando las aguas residuales contaminan los suministros de agua o cuando el suelo se fertiliza con desechos humanos sin tratar.

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