PROTOZOOS
Protozoos, nombre que se aplica a todos los organismos animales unicelulares,
algunos de los cuales pueden formar colonias. En la clasificación que se sigue
en esta enciclopedia, los protozoos se incluyen en el reino Protistas, junto
con otros organismos unicelulares cuyo núcleo celular está rodeado de una
membrana. Los protozoos no tienen estructuras internas especializadas a modo de
órganos o, si las tienen, están muy poco diferenciadas. Entre los protozoos se
suelen admitir varios grupos: los flagelados del grupo de los Zoomastiginos,
con muchas especies que viven como parásitos de plantas y de animales; los
ameboides del grupo Sarcodinos, que incluyen a los Foraminíferos y Radiolarios,
y que son componentes importantes del plancton; los Cilióforos, que son
ciliados, con diversos representantes que poseen estructuras especializadas que
recuerdan a la boca y al ano de los organismos superiores; los Cnidosporidios,
parásitos de invertebrados, de peces y de algunos reptiles y anfibios, y los
Esporozoos, con diversas especies parásitas de animales y también de seres
humanos. Se conocen más de veinte mil especies de protozoos, que incluyen organismos
tan conocidos como los paramecios y las amebas.
Muchas especies viven en hábitat acuáticos
como océanos, lagos, ríos y charcas. Su tamaño varía desde 2 hasta 70
micrómetros. Los protozoos se alimentan de bacterias, productos de desecho de
otros organismos, algas y otros protozoos. Muchas especies son capaces de
moverse utilizando diversos mecanismos: flagelos, estructuras propulsoras con
forma de látigo; cilios de aspecto piloso, o por medio de un movimiento
ameboide, un tipo de locomoción que implica la formación de seudópodos
(extensiones a modo de pie).
Los foraminíferos mueven, mediante pseudópodos delgados o extensiones del citoplasma, el material vivo de la célula. Los pseudópodos se extienden a partir de una zona abierta en el caparazón, conocida como abertura, o a través de los poros en aquellos foraminíferos con caparazón poroso. El citoplasma contiene orgánulos pequeños y oscuros de mitocondrias y muestra un flujo similar al de los organismos móviles. En algunas especies de algas se encuentran orgánulos mayores. La reproducción puede ser sexual o asexual; todo el citoplasma interviene en la formación de la descendencia y el progenitor muere durante este proceso.
Se han catalogado más de 30.000 especies de foraminíferos, tanto vivos como extintos. Las especies vivas se encuentran en el fondo de mares poco profundos o flotando como parte del plancton en las zonas altas de los océanos. Su alimento consiste en bacterias y diatomeas. Cuando las especies planctónicas mueren, sus caparazones caen al fondo, formando unos depósitos gruesos conocidos como lodos de globigerina, debido a la abundancia en ellos de ejemplares de la familia de los Globigerínedos (Globigerinidae). En eras geológicas anteriores se formaron rocas calizas por compresión de lodos similares de foraminíferos. Las pirámides de Egipto se construyeron con piedras calizas de foraminíferos y granito. Los geólogos estudian los depósitos de conchas de foraminíferos para localizar asientos donde se haya acumulado petróleo
Este grupo suele dividirse en cuatro grupos. Los Holotricos (Holotrichia) son formas libres que incluyen el conocido paramecio. Los Suctores (Suctoria) tienen, en su forma adulta, tentáculos en vez de cilios y viven fijos al sustrato. Los Peritrios (Peritrichia) tienen a menudo forma de campana y son coloniales. Los Espirotricos (Spirotrichia) incluyen al género Stentor, con forma de trompeta y al género Euplotes, con grupos de cilios unidos (cirros) en el lado inferior de su cuerpo, que funcionan como patas locomotoras. Algunas especies constan de una cubierta, a modo de exoesqueleto, formada por polisacáridos.
Paramecium, género de protozoos del filo Ciliophora (también conocido como zapatilla por su forma característica). El paramecio es un organismo unicelular que mide menos de 0,25 mm de largo y está cubierto de diminutas proyecciones con aspecto de pelos, llamados cilios. Los cilios le sirven para la locomoción y para la captura de alimento. Se mueve en el agua, describiendo una trayectoria espiral, a la vez que rota sobre sí mismo. Cuando encuentra un obstáculo en su camino, reacciona evitándolo (fugilreacción), retrocede, gira y reinicia el movimiento en una nueva dirección. Se alimenta principalmente de bacterias, que introduce en su citofaringe con la ayuda de los cilios. Tiene dos vacuolas contráctiles que regulan la presión osmótica, y que sirven también como estructuras excretoras. Tiene un gran núcleo o macronúcleo, sin el cual no puede vivir, y uno o dos núcleos pequeños llamados micronúcleos, sin los cuales no puede reproducirse. La reproducción suele ser asexual, por escisión binaria o bipartición. En algunas ocasiones, se da la reproducción sexual por conjugación y de forma esporádica por autogamia, que es una reorganización nuclear parecida a la conjugación, pero que ocurre dentro de un solo individuo.
Los paramecios abundan en las charcas de agua dulce de todo el mundo; tan sólo una especie vive en el mar. También se pueden obtener fácilmente en el laboratorio, en un medio de cultivo que se prepara dejando materia vegetal en agua durante unos días. La especie Paramecium caudatum, se utiliza para la investigación.
Las amebas se desplazan extendiendo el citoplasma hacia fuera y forman un pseudópodo o pie falso. La formación de pseudópodos se produce como respuesta a los estímulos químicos generados por los microorganismos que constituyen su alimento; de manera que dos pseudópodos engloban al microorganismo y lo introducen en una cavidad o vacuola. Un ácido secretado en la cavidad descompone este alimento en sustancias químicas solubles que son difundidas desde la cavidad al citoplasma. El material de desecho y los restos no digeridos son eliminados a través del ectoplasma, el cual también absorbe oxígeno del medio líquido en que se encuentra la ameba y elimina dióxido de carbono originado en el metabolismo; se trata de una forma de respiración. Tras un periodo de crecimiento, la ameba se reproduce por división en dos partes iguales.
Al menos seis formas de amebas son parásitas del hombre. De éstas, la más importante es Entamoeba histolytica, que causa la amebiasis y la disentería; la enfermedad aparece en brotes epidémicos, cuando las aguas residuales contaminan los suministros de agua o cuando el suelo se fertiliza con desechos humanos sin tratar.
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